Netflix pierde transparencia: dejará de informar trimestralmente de su número de suscriptores
La plataforma líder del streaming se vuelve menos transparente con sus datos.
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La empresa fundada por Reed Hastings y Marc Randolph produjo en 2023, la mitad de contenido exitoso que el año anterior y aun así, crecieron y aumentaron sus suscriptores globales. Unas decisiones estratégicas que no han afectado a su crecimiento, del mismo modo que medidas polémicas como la inclusión de publicidad o la eliminación del sistema de las multicuentas no han deteriorado su poder en el mercado. Estos no han sido los únicos grandes cambios de las plataformas de streaming. Además, la huelga de guionistas y actores condicionó ciertos acuerdos de transparencia para que los números y audiencias de las ficciones fuesen de dominio público. Esto tiene todo el sentido del mundo dentro la idiosincrasia de la industria norteamericana, ya que si una serie antigua como por ejemplo Breaking Bad, vuelve a triunfar en niveles de audiencia, tanto el creador como los principales protagonistas deben recibir las regalías correspondientes. Sin embargo, parte de la transparencia de datos de la compañía va a terminar este 2024. Netflix va a dejar de contarnos cuántos suscriptores tiene.
El primer trimestre del año, «la gran N roja» sumó unos 9,33 millones de suscriptores. Cifras impresionantes que han superado cualquier expectativa de los analistas y que han llevado a que la empresa tenga aproximadamente, unos 270 millones de suscriptores en todo el mundo. Ahora, hace algunas semanas, Netflix anunció en su reunión para iniciar el año fiscal que esta será la última temporada en la que dirá abiertamente cuántos suscriptores gana, pierde o tiene agenciados de manera oficial.
No sabremos lo que generará por membresía
El servicio de streaming señaló en la reunión que a partir del primer trimestre del 2025 «dejará de informar sobre los números de membresía trimestral y ARM». Estas últimas siglas representan los «ingresos promedio por membresía», por lo que no sólo no sabremos cuántos suscriptores tiene Netflix en cada momento dado, sino que desconoceremos cuántos ingresos obtendrá de cada uno de sus clientes.
Las principales razones que ha aportado del negocio liderado por Ted Sarandos es que en estos instantes, quiere centrarse en los ingresos, los márgenes operativos y el compromiso. Esto es el tiempo que pasan los suscriptores dentro de la aplicación. Dirección en realidad, mantenida por la marca desde el 2022, año en el que comenzó a priorizar las ganancias respecto a la simple búsqueda de suscriptores. Por otra parte, esto no implica que nunca jamás vayamos a saber de forma oficial la cantidad de público mensual que maneja Netflix, pero sí que lo desconoceremos de forma trimestral como lo sabemos hasta este año.
Una política de información más restrictiva
Como buena líder del sector, la estrategia de comunicación orientada por la marca podría cambiar la industria en los términos de cómo los diferentes servicios de streaming informan públicamente de sus ganancias. El codirector ejecutivo de la compañía, Greg Peters, señaló que no iban a guardar silencio sobre los miembros, pero que esto no formará ya parte de sus «informes regulares».
Por último, Sarandos justificó este cambio señalando que la mejor métrica del éxito del negocio es el compromiso, siendo este el principal barómetro del crecimiento de los ingresos y las ganancias. El CEO del sello californiano lo explicaba así: «En nuestros inicios, cuando teníamos pocos ingresos o ganancias, el crecimiento de la membresía era un fuerte indicador de nuestro potencial futuro. Pero ahora estamos generando beneficios y flujo de caja libre muy sustanciales. También estamos desarrollando nuevas fuentes de ingresos, como la publicidad y nuestra función de miembros adicionales, por lo que las membresía son solo un componente de nuestro crecimiento».
Como añadido, apuntó que a medida que han evolucionado los precios y planes, cada una de esas membresía paga un incremento que tiene un impacto «comercial muy diferente» según el país, con lo que esa valoración ya no tiene demasiado sentido para el terminal.
Netflix, como la mayoría de Hollywood, está apretándose el cinturón intentando generar menos superproducciones en un mercado donde la exhibición y la retención de la audiencia no pasa por su mejor momento. De hecho, la marca hasta ha rechazado la última película de una de sus actrices fetiche, Millie Bobby Brown. La nueva estrategia de contenidos parece que pretende hacer menos películas, pero que estas vayan mucho más dirigidas a su público objetivo. Entre los estrenos destacados de este mes encontramos lo que en un futuro tiene pinta de ser un caso anecdótico: Atlas, la superproducción de 100 millones de dólares.
Las plataformas de streaming están asumiendo un periodo de cambio, incluyendo ya casi todas ellas inserciones publicitarias y limitando el uso de cuentas compartidas.